Peliculas del recuerdo: 2016-02-07

Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño (1988, Renny Harlin) A Nightmare on Elm Street 4: The Dream Master


Cuando el sueño profundo cayó sobre los hombres, me sobrevino un temor y un estremecimiento que hizo temblar todo mi cuerpo.


Dado que la tercera parte (Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño) fue la más taquillera de la saga, la New Line Cinema no se lo pensó dos veces para dar continuación a las andanzas de nuestro cabroncete onírico favorito.


Entre los nombres que sonaban fuerte para dirigir (inexplicablemente) se encontraba el de Renny Harlin, un realizador poco experimentado de nacionalidad finlandesa que no entusiasmaba precisamente al productor Bob Shane, pero que al final fue elegido por su insistencia y al no convencerle tampoco ningún otro candidato. Harlin tuvo muy claro que el verdadero héroe de la historia debía ser Freddy Krueger y continuó la senda de ese humor negro que ya se había instalado en la tercera parte. Además, el hecho de que una inminente huelga de guionistas amenazase el rodaje, propició que sólo diesen siete días a Brian Helgeland (Mystic River, L.A Confidential) para escribir un guion basado en una historia suya y de su amigo William Kotzwinkle. Esto hizo que resultase muy general e incompleto, por lo que se improvisó mucho y Harlin se inspiró en sus propias pesadillas juveniles para las que acontecen en la película.



Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño enlaza directamente con Los guerreros del sueño. Los supervivientes Kristen (Tuesday Knight en lugar de Susanna Arquette), Kincaid (Ken Sagoes) y Joey (Rodman Eastman) prosiguen su vida después de los terribles acontecimientos vividos en el psiquiátrico. Pero de nuevo Kristen siente la presencia de Freddy y arrastra a sus amigos a sus sueños, hasta que de la forma más abolutamente absurda y estúpida (un perro que mea fuego, ¡por Dios!) Freddy resucita y tomará nuevamente venganza. Pero no creáis que Kristen vuelve a ser la fémina protagonista, esta pasa el testigo a Alice, la hermana de su novio Rick, y esta irá adquiriendo los poderes del grupo de amigos que Freddy irá liquidando uno a uno hasta que se enfrente a él.

Lo más interesante de esta parte, que por lo demás repite muchos clichés de las precedentes, es que, además de resultar muy divertida y entretenida, amplía las secuencias oníricas ofreciéndonos algunas realmente impactantes como la del beso de tornillo de Freddy a la asmática y empollona Sheila, la conversión en el bicho que más odia de Debbie, la pizza de almas, el bucle onírico o la de las almas luchando por escapar del pecho de Freddy; espectaculares secuencias obra de artistas de los efectos especiales como John Carl Buechler y Steve Johnson, que hacen de esta parte una de las más recordadas. La música, ambiental, electrónica y gótica es obra de Craig Sagan.




Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño debió ser el punto y final de una saga que con esta entrega dio todo lo que tenía que dar. Pero al lograr superar a la tercera parte en recaudación (recordemos que hasta ese momento había sido la más taquillera de la saga) al lograr casi 50 millones de dólares, la quinta parte no se hizo rogar. A partir de este punto el declive fue considerable, y, a pesar de contener elementos más o menos interesantes, las siguientes secuelas jamás alcanzarían la magia de estas cuatro primeras.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



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Maniquí (1987, Michael Gottlieb) Mannequin

Esta es una de esas imposibles películas ochenteras en la que todo lo imaginable podía ocurrir. Y es que si una computadora podía enamorarse de su vecina en Sueños eléctricos (1984) y un hombre lobo adolescente era la estrella de su equipo de baloncesto en Teen Wolf (1985), ¿por qué no iba a poder un torpe e inocente joven enamorarse de un maniquí que en realidad alberga una preciosa chica nacida en el antiguo Egipto? La idea se le ocurrió al director Michael Gottlieb tras ver la película One Touch of Venus (1948).


Pese a lo descabellado e inverosímil de su propuesta, esta ligera comedia romántica con toques fantásticos resulta muy agradable de ver y, por supuesto, destila nostalgia. La multitud de situaciones de enredo constituyen el fuerte de la película, y es que la egipcia Emmy (una guapísima Kim Catrall) sólo recobra su apariencia humana ante Jonathan Switcher (Andrew McCarthy)- para ayudarle a decorar escaparates al tiempo que se enamoran y luchan contra una conspiración del despiadado dueño del centro comercial rival y la despechada exnovia de Jonathan-, convirtiéndose en maniquí ante los ojos de cualquier otra persona. En el reparto destaca la presencia de Estelle Getty (Las chicas de oro), un irreconocible James Spader, nuestro querido Capitán Harris de la saga Loca academia de policía (G.W.Bailey) en la piel de Félix, el jefe de seguridad del centro comercial, y un cachondísimo Hollywood (Meshach Taylor) como decorador ultra mariposón que ayudará a Jonathan en su cruzada.


Maniquí recibió malas críticas, pero funcionó muy bien en taquilla recaudando más de 42 millones de dólares con un presupuesto de 8. Esto dio pie a una secuela que se estrenó en 1991 y que contaba de nuevo con Meshach Taylor. Fue nominada a un Oscar por el hit Nothing’s Gonna Stop Us Now de Starship.


GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA





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